martes, 17 de mayo de 2011

Alcalá de Henares, universitaria y cervantina.

Alcalá es una de las ciudades más viejas y antiguas de la Comunidad de Madrid. Y sin embargo no es por esto que ha pasado a la historia, sino por ser el lugar de nacimiento del genial escritor de Miguel de Cervantes, y por ser la sede de una de las universidades más viejas y lustrosas de España. Pero evidentemente estos dos hechos de gran trascendencia histórica no habrían sido posibles de no haber sido por el peso y la importancia histórica de la ciudad.

Habitada ya durante la época Íbera, casi nada se sabe de aquel periodo, e incluso se duda del nombre que por entonces tenía el asentamiento. Será un poco más tarde, en torno al siglo I d.C. cuando el Imperio Romano decida asentarse en este mismo lugar, fundando entonces una población llamada Complutum. La población sería ampliada y reformada durante el siglo III d.C., aún bajo legislación y dominio romano, y perviviría y seguiría siendo importante durante el periodo visigodo. Sin embargo su actual nombre, curiosamente, proviene del periodo musulmán. Las tropas andalusíes construirían un castillo de frontera sobre uno de los cerros que se asoman al valle del río Henares. A los pies de este castillo quedó una pequeña población civil, musulmana, que fue bautizada con el nombre de Al Qal’at Nahar –literalmente el castillo sobre el Henares–. Fue así como la ciudad pasó a tomar el nombre musulmán, que castellanizado dio el actual de Alcalá (Al Qal’at). Tras la Reconquista Cristiana, el castillo y la población musulmana quedaron abandonados, y los nuevos habitantes eligieron un nuevo lugar, mucho más cercano a la vieja Complutum romana, y algo más alejado del río y del viejo castillo árabe. En esta ocasión, el nuevo asentamiento se realizó sobre el supuesto lugar de martirio de dos jóvenes santos, y que coincidiría en la actualidad con el entorno de la Catedral Magistral de Alcalá. De cualquier manera, este asentamiento tras la reconquista se convirtió ya en el definitivo, a poco más de un kilómetro del viejo asentamiento romano y visigodo, y un poco más alejado del asentamiento musulmán, pero que definitivamente fue el último; o dicho con otras palabras, es el casco histórico de la actual población de Alcalá.

La pequeña población fue adquiriendo importancia a lo largo de la alta edad media hasta el punto de llegar a ser ciudad con palacio episcopal –los obispos de la Archidiócesis de Toledo–; con fueros y leyes propias, y muy probablemente la población más importante de todo lo que hoy es la Comunidad de Madrid. Además, en Alcalá durante tiempo convivieron, como en Toledo, las tres culturas principales que estuvieron presentes en la península hasta 1492: cristianos, judíos y musulmanes, lo que nos puede dar una idea del poder económico y el peso político de la población.
Su época más esplendorosa la alcanzará en los siglos XV y XVI. Justo a finales del siglo XV, en el año 1499, el Cardenal Cisneros decidirá construir una universidad, hecho que supuso para Alcalá un crecimiento y una revolución urbanística importantísima. La ciudad dobló su población y se extendió más allá de las viejas murallas en que estaba protegida. Es así como a la población llegaron numerosas personas atraídas por el trabajo, el comercio y el estudio. La ciudad se llenó de obras, de construcciones nuevas, de colegios mayores y menores, de nuevos mercaderes, y todo tipo de personas ávidas de encontrar fortuna en una población tan dinámica. Y entre ellos estaba el padre de Miguel de Cervantes, médico –cirujano barbero–, que en Alcalá encontró trabajo durante algún tiempo y vio cómo allí nacía su hijo más famoso. Algo que por cierto, no se ha descubierto hasta hace muy pocos años. Y entre los estudiantes de la Universidad hemos de citar a Francisco de Quevedo, a Lope de Vega, a Antonio de Nebrija, a Calderón de la Barca, a San Ignacio de Loyola, a Gaspar Melchor de Jovellanos
Posteriormente, los siglos XVII y XVIII sumirían a Alcalá en un letargo importante. La razón más importante fue la designación de la cercana Madrid como capital del reino, lo que hizo “emigrar” a muchos de sus habitantes a la nueva población, y con ellos muchos de sus negocios. De hecho, la reina Isabel II también haría mudarse incluso a la Universidad de Alcalá a Madrid. Sólo el siglo XX ha devuelto a Alcalá su merecida fama. La ciudad hoy se ofrece como un importante polo industrial y turístico, y atesora un patrimonio monumental espectacular, que le ha llevado a ser declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde el año 1998. Por estas razones, y por alguna sorpresa más que depara la ciudad en su visita, Alcalá bien merece un paseo por sus calles.
Alcalá de Henares está situada al este de Madrid, a tan sólo 31 kilómetros, en plena vía de comunicación terrestre con Zaragoza y Barcelona. Llegar a Alcalá no supondrá ningún problema, ya que tanto los autobuses interurbanos de Madrid, como la red de cercanías de Renfe la incluyen en sus servicios, con una alta frecuencia, haciendo de Alcalá un destino perfecto para un viaje de ida y vuelta en el mismo día. Si elegimos el autobús, hemos de saber que la salida desde Madrid es desde el Intercambiador de la Avenida de América, donde podremos tomar las líneas 223, 227 o 229, que aunque varían levemente su recorrido, nos dejarán en Alcalá en poco más de 40 minutos, y presentan una frecuencia que no suele ser más alta de los 15 minutos. Si por el contrario, elegimos el tren, entonces nuestro origen será cualquiera de las estaciones de la red de cercanías en las que circulen las líneas C2 ó C7aChamartín, Nuevos Ministerios, Recoletos o Atocha–. La línea C2 finaliza en Guadalajara, mientras que la línea C7a finaliza precisamente en Alcalá de Henares. Entre ambas líneas conseguimos una frecuencia de unos 10 minutos; y el trayecto dura un total de unos 45 minutos.
Llegados a Alcalá, tanto en bus como en tren, tan sólo tendremos que caminar en dirección sur para llegar al centro histórico de la ciudad. Desde la estación de Renfe serán aproximadamente unos 15 minutos, y desde la Avenida Vía Complutense –donde están las paradas de los autobuses– no deberían ser más de 5 minutos. En ambos casos, ante cualquier duda, la torre de la Catedral (y de otras muchas iglesias) nos indicará con claridad hacia dónde debemos dirigirnos. Quizás sea una buena idea iniciar la visita pasando por la Oficina de Turismo, situada en la esquina sur de la Plaza de Cervantes, donde además de darnos planos e información de la ciudad, se nos ofrecerá la posibilidad de realizar alguna visita en grupo por los edificios y lugares más destacados de la población. Y precisamente la plaza de Cervantes puede ser un buen lugar para iniciar la visita.
La visita más aconsejada en Alcalá de Henares es la de su vieja universidad. El edificio histórico de la Universidad de Alcalá ocupa una manzana entera, justo al lado de la Plaza de Cervantes. El origen de la institución académica se remonta a 1499, año en el que el Cardenal Cisneros consigue los permisos para instalar en la ciudad la Universidad, obras que se harán con una cierta rapidez ante la vejez de su patrocinador. Por ello, el edificio que hoy podemos visitar no es el primero, y de hecho no lo llegó a ver el Cardenal Cisneros, sino que se hizo pocos años después, tras su muerte, y Cisneros tan sólo contempló la Universidad, ya en funcionamiento, pero en un edificio mucho más austero, sencillo y barato. La actual fachada de la Universidad de Alcalá de Henares es una de las obras cumbre del Renacimiento Español. Se la debemos al arquitecto Rodrigo Gil de Hontañón, quien diseñó un trabajado programa iconográfico decorativo en una fachada que enmarca la principal puerta de acceso y destacando de manera especial el viejo espacio de la biblioteca, la protección de la sabiduría, y el papel que en ella desempeñaba entonces la institución eclesiástica. Por este acceso llegaremos al primero de los tres patios de que consta el edificio histórico. Tampoco lo llegó a ver tal como hoy está el Cardenal Cisneros, pues fue remodelado para hacerlo en piedra –sus materiales originales eran más humildes–, y se lo debemos a otro genial arquitecto: Juan Gómez de Mora, ya en el siglo XVII. Este primer patio, llamado de Santo Tomás de Villanueva, fueron las viejas aulas o escuelas, pero alberga en la actualidad las principales oficinas y despachos rectorales y de administración de la Universidad de Alcalá. La historia nos cuenta que en el año 1836 la reina Isabel II cerró la universidad, trasladando los estudios y sus profesores a Madrid. La vieja universidad de Alcalá quedaría cerrada (y no se reabrió hasta 1977), y la nueva de Madrid tomaría el nombre de Complutense en recuerdo de la vieja población romana de Alcalá. De cualquier modo, en la actualidad Alcalá vuelve a lucir universidad, con más de 27.000 alumnos, repartidos en nuevos edificios en distintos campus, y muchos otros edificios históricos del centro de Alcalá. El edificio histórico se ha convertido en la sede del Rectorado, y por ello ya no se dan clases en él.
El segundo de los patios del edificio histórico, al que se accede desde el primero, es el llamado Patio de filósofos. En este lugar tenía lugar la vida más habitual de la Universidad. Era un lugar de transición, pero también de vida, estudio y trabajo, por el que continuamente circulaban los estudiantes, algunos de los cuales vivían y trabajaban en estas mismas dependencias. También aquí se iniciaban los festejos cuando un alumno se doctoraba, o las burlas cuando un alumno suspendía. Desde este mismo patio se puede llegar al último de los patios, el llamado Patio trilingüe, pues era norma de la universidad que los alumnos sólo hablasen en latín, griego o hebreo en las dependencias universitarias, siendo sancionados con graves multas e incluso cárcel si incumplían la regla. Es el más pequeño de todos los patios, porque en una de sus esquinas se encuentra ubicado el Paraninfo de la Universidad de Alcalá. –este espacio sólo se puede visitar con un guía, pero no en la visita libre–. El espacio es el original, restaurado y rescatado del olvido tras los años de abandono, y además de destacar por su espectacular belleza, es un lugar importantísimo para las letras hispanas, ya que aquí se concede todos los 23 de Abril el máximo galardón de las lenguas hispanas: el premio Cervantes. Bien merece una visita.

Dejando la Universidad, podremos continuar nuestra visita regresando a la Plaza de Cervantes. En su lado Oeste se encuentra quizás la sorpresa más grata e inesperada de la ciudad. Oculto entre los edificios se encuentra un antiguo corral de comedias, que hoy sigue siendo teatro, y del que se dice es el más antiguo de Europa que sigue en funcionamiento… desde 1602. El Corral de Comedias fue el origen de los teatros españoles. En los patios interiores de las casas se construyeron pequeños escenarios en los que se pudiesen representar obras teatrales. Fue así como nació éste de Alcalá, pero también todos los que existieron en la mismísima Madrid. La diferencia es que, afortunadamente, en Alcalá, y gracias al gran número de estudiantes y gentes de letras, el corral siempre siguió en funcionamiento. Se fue adecuando a las modas, y por ello se le puso un techo, se amplió, se reconvirtió en forma de verdadero teatro durante la época del romanticismo… llegó incluso a ser cine y no teatro… pero finalmente ha sido rescatado y restaurado y hoy se puede comprender no sólo la evolución del teatro, sino visitar su interior y conocer su historia. Su visita está muy aconsejada, pues por su historia, su decoración sencilla, y su tamaño irrisorio, el visitante se verá sorprendido.

La tercera visita que debemos hacer en Alcalá de Henares es la de la Casa Natal de Miguel de Cervantes. En honor a la verdad hemos de aclarar que la casa se destruyó, y que la que hoy visitamos es tal como era la antigua, pero mucho más reciente. Eso sí, se ha hecho con buen gusto, y respetando los espacios originales, el mobiliario de época, el hermoso patio interior… No ha mucho tiempo que se supo que Cervantes había nacido en 1547 en Alcalá, y tras un largo proceso de investigación se dio con el lugar exacto. Por eso la Comunidad de Madrid adecuó la casa al modo antiguo y creó en ella el museo, en el que además de poder contemplar una casa de la época se ha habilitado un pequeño museo de publicaciones cervantinas. El espacio no es espectacular, pero puede merecer la pena, sobre todo teniendo en cuenta que la entrada es gratuita.
La casa de cervantes está en plena calle mayor, justo al lado del Hospital de Antenaza –en la actualidad en obras, pero volverá a ser visitable cuando finalicen– donde el padre del genial escritor desempeñó sus funciones de cirujano barbero. La propia calle mayor es un hermoso regalo. Responde al viejo trazado de la antigua calzada romana que comunicaba Alcalá –Complutum– con Zaragoza –Caesar Augusta–, y por eso su trazado es perfectamente rectilíneo. Este mismo lugar fue barrio judío de Alcalá durante la edad media, y a aquel periodo responden parte de los esquemas actuales: casas bajas, con un máximo de dos alturas, situadas sobre soportales constituidos por columnas, muchas de ellas, por cierto, romanas. Eran las viviendas de los hebraicos, en el piso inferior la tienda, en el superior la vivienda propiamente dicha. Si continuamos por la calle mayor, llegaremos a la Catedral Magistral de Alcalá. Dedicada a los niños santos Justo y Pastor, el edificio actual está prácticamente reconstruido por completo tras los bombardeos de la Guerra Civil Española. El lugar exacto era el corazón de la vieja ciudad cristiana tras la reconquista, y es por tanto la parte más antigua de la ciudad medieval. Así por ejemplo, en las inmediaciones tenemos la vieja “Puerta de Madrid”, que es la vieja puerta de la muralla, y que no por casualidad se llama así. 31 kilómetros al Oeste de este lugar, encontraremos la madrileña “Puerta de Alcalá”. También en las inmediaciones tenemos el Centro de Interpretación del Burgo de Santiuste; pequeño museo en el que nos explicarán la evolución urbanística de Alcalá de Henares.

Universidad, corrala y casa de Cervantes, además de pasear por el centro histórico de Alcalá, bien pueden justificar una visita. No obstante, para los más interesados son aún muchas las opciones que la ciudad sigue ofreciendo. Una interesante es el Palacio Arzobispal; situado en el noroeste del centro histórico, y al que por desgracia no están permitidas las visitas. Fue un gigantesco edificio renacentista, construido en varios patios un poco antes de la misma universidad. Sin embargo, gran parte del edificio también se destruyó durante la Guerra Civil, y aún así lo que hoy podemos contemplar nos habla tanto de la belleza del edificio, como de la importancia de la ciudad, que aún compartiendo la archidiócesis con Toledo, fue capaz de atraer a varios arzobispos a ella.
A escasos metros, en la misma plaza del Palacio Arzobispal, se encuentra el Museo Arqueológico Regional. Se trata del museo de arqueología de la Comunidad de Madrid y en él se conservan importantes restos paleontológicos, así como una completa y trabajada exposición que a través de sus piezas y su itinerario nos explicarán la colonización de la región madrileña por el hombre; y el posterior crecimiento de las ciudades. La entrada es gratuita.
Por último, también cabe destacar en Alcalá de Henares la posibilidad de realizar alguna visita a los restos romanos. Hay dos opciones, la llamada Casa de Hippolytus, bastante cercana a la “Puerta de Madrid”, o un poco más alejado, pero más interesante, el conjunto monumental del Foro, al que podemos llegar con el autobús urbano de Alcalá. En el primer caso podremos disfrutar de los restos de una antigua vivienda que contienen un espectacular y gigantesco mosaico; y en el segundo caso, en una extensión mucho más grande, podremos disfrutar de los restos, y explicaciones del gran foro que tuvo la ciudad de Complutum, y que incluye termas, varias calles, y hasta un viejo mercado.



Vídeo de Promoción Turística de Alcalá de Henares


I.Y.P.

1 comentario:

  1. Joer, pues tenemos que ir a verla por que nuestra mejor amiga es de Alcala, y siempre habla maravillas.
    Para la siguiente vez que vayamos a veros (y a la nueva inquilina) te secuestraremos para un paseo por alcala :)

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