jueves, 31 de mayo de 2012

Asturias, Paraíso Natural.


Asturias es el corazón histórico y uno de los actores principales en el origen de la idea de España. En sus montañas –refugio natural de sus habitantes– tuvieron lugar batallas legendarias contra los grandes imperios y pueblos conquistadores. En ellas batallaron las tropas del Imperio Romano requiriendo la presencia del mismísimo César; por ellas pasaron, no sin problemas, conquistadores y gobernantes del Reino Visigodo; y en ellas sufrió derrotas legendarias el Imperio Musulmán… Y de aquellas mismas montañas descendió la primera dinastía de reyes españoles que definieron gran parte de la actual “idea de España”. Pero Asturias es mucho más que recuerdos del pasado y mucho más que historia antigua. Asturias sigue siendo hoy sinónimo de naturaleza espléndida, hermosa y exuberante. En sus montañas de Picos de Europa, en sus lagos glaciares, a lo largo de sus impresionantes costas y con su variada y riquísima biodiversidad. Hablar de Asturias es hablar además de cultura. Por su singular arte que abarca todos los tiempos. Por su exquisita y valorada gastronomía. Por su legado histórico innegable. Hablar de Asturias es hablar de belleza en todos los sentidos. Es hablar de un Paraíso Natural
 
Centro histórico de la ciudad de Oviedo
Al igual que Madrid, Murcia o La Rioja, Asturias es una de las Comunidades Autónomas de España integrada por una única provincia, y por tanto de un tamaño relativamente pequeño o discreto en el mapa nacional. El Principado de Asturias –pues éste es el nombre oficial de la región– está situado en el extremo norte de la península y está literalmente encerrado entre el Mar Cantábrico –al norte– y las montañas de Picos de Europa –al sur– que lo aíslan del resto de la península. Su actual capital, la ciudad de Oviedo, fue también una de las viejas capitales del Reino de Asturias, si bien es cierto que en la actualidad la cercana y costera ciudad de Gijón ya la supera en número de habitantes. Por esta razón, en esta entrada que hoy proponemos en nuestro blog, no nos centraremos como habitualmente hacemos en una única ciudad, sino en varios lugares de la región, por lo que aconsejamos planear un mínimo de tres días para esta posible visita.


Llegar a Asturias desde Madrid es relativamente sencillo. Quizás el único pequeño inconveniente es la distancia, que sin ser exagerada, por comodidad o rapidez tal vez nos invita a usar el avión. El Aeropuerto de Asturias está situado a orillas del mar, a unos escasos 50 kilómetros de la ciudad de Oviedo, y aproximadamente a 40 de la ciudad de Gijón. El aeropuerto asturiano es de carácter internacional, y si bien el número de vuelos y compañías que operan en sus instalaciones no es elevadísimo, sí es cierto que está unido diariamente con Madrid Barajas a través de vuelos operados tanto por Iberia, como por la compañía low cost Ryanair. Si llegásemos en avión, tanto si queremos ir a Oviedo, como si preferimos ir a Gijón, la compañía de Autobuses Alsa presta servicio con líneas regulares que salen a cada hora en punto del aeropuerto hasta el centro de las respectivas ciudades.
Cordillera montañosa de los "Picos de Europa"
Pero si por el contrario elegimos el transporte terrestre, generalmente bastante más económico, entonces hemos de saber que nos enfrentamos a más de 450 kilómetros desde Madrid hasta Oviedo, y casi los 500 kilómetros hasta Gijón. Y por lo tanto hablamos de entre cinco horas y media y siete horas si viajamos en autobús, y aproximadamente cinco horas si viajamos en tren. El transporte en ferrocarril, por supuesto, está operado por Renfe, con salida en Madrid desde la Estación de Chamartín. Los trenes que cubren el trayecto Madrid-Oviedo son tipo Alvia, y por tanto son rápidos, eficientes, y de elevado confort, lo que también repercute en un precio no excesivamente económico que se sitúa en los 80.00€ en clase turista (ida y vuelta). Por supuesto, conviene siempre recordar que comprando el billete en la propia web de Renfe, y con suficiente tiempo de antelación, es relativamente fácil favorecerse de las tarifas especiales de descuento, que llegan incluso a la mitad del precio. En cambio si la elección de transporte es el autobús, ha de saber el viajero que la compañía que da servicio es Alsa, la estación de origen es Estación Sur – Méndez Álvaro, y que la frecuencia es muy elevada (casi un autobús a la hora), aunque con distintas tarifas que conviene estudiar antes de comprar el billete: autobús normal, supra economy o economy +, lo que hace oscilar el precio entre 62.00€, 85.00€ y 100.00€ (ida y vuelta); así como también varían notablemente el confort y el tiempo total del viaje. Pero cualquiera que sea el transporte que elijamos, una vez en Asturias proponemos iniciar la visita en la ciudad de Oviedo. 

Lago de Enol (Lagos de Covadonga)
Oviedo encierra una paradoja histórica, casi a modo de venganza o justicia poética. Si un inmenso número de ciudades españolas requieren una explicación larga, confusa y sobre todo antiquísima acerca de su origen o fundación, la ciudad de Oviedo, pretendida como la primera gran capital de los reinos cristianos –con permiso de las monarquías visigodas–, no sólo parece carecer de un pasado prerromano o romano directo, sino que su fundación parece responder al propio Reino de Asturias, y siquiera tuvo el privilegio de ser su primera capital, aunque sí la más longeva e importante. El origen de la ciudad parece ubicarse en la época del rey Fruela I, durante cuyo reinado, y más concretamente en el año 761, se fundaba un monasterio en una colina, junto a la calzada romana que comunicaba la actual población de León con otro asentamiento romano, correspondiente hoy a la pequeña población de Lugo de Llanera. Este monasterio crecía de tamaño e importancia en muy poco tiempo, obteniendo varios favores y privilegios del rey Fruela I, que lo acabaría eligiendo como lugar de residencia para su familia, y por tanto como lugar de nacimiento de su hijo, futuro rey Alfonso II el Casto. Este nuevo monarca sería el que tomaba la decisión, años más tarde de fundar una verdadera ciudad entorno al viejo monasterio que le había visto nacer, dotando el lugar de palacios, murallas, iglesias… y convirtiéndola en sede episcopal primero, y en nueva capital del Reino en detrimento de Pravia después. Casi todas estas noticias las hemos tenido a través de distintas crónicas Reales y noticias indirectas. Se trataría del nacimiento de una ciudad palatina a partir de edificios monumentales, tanto religiosos como civiles, caso de la primitiva Catedral de San Salvador, la basílica y Panteón Real de Santa María, la iglesia-basílica de San Tirso, por supuesto el desaparecido Palacio Real, así como un gran número de edificios públicos tales como baños, almacenes, casas y viviendas… todo ello rodeado por fuertes murallas y abastecido por un acueducto. Y sin embargo la arqueología, que poco a poco ha ido confirmando los indicios de cuanto se ha citado, a la vez, poco nos puede mostrar, pues poco o nada se ha conservado. En parte porque durante los años 794 y 795 se produjeron incursiones y destrucciones por parte de las tropas árabes. Y otra vez más, y también como paradoja, esto ha provocado la destrucción irremediable de posibles testigos de aquel origen, pero a la vez parece confirmarlo. Oviedo se confirmará definitivamente con un segundo periodo de construcciones urbanas en época de Alfonso III. Se reconstruyen iglesias, palacios, murallas, y además se realiza una primera ampliación con un nuevo barrio y su correspondiente nueva muralla, que rodeando el anterior recinto de época de Alfonso II, y añadiendo un castillo en el extremo noroccidental de la misma, dota a la ciudad de su morfología medieval definitiva, previa a las ampliaciones del siglo X. esta ciudad sí que podemos intuirla, y en cierto modo visitarla.

San Miguel de Lillo. Monte Naranco.
Oviedo es hoy una ciudad conservada en piedra. A través del trazado de sus vetustas calles, y de la visita a algunos de sus históricos edificios podemos desentrañar vagamente este rompecabezas histórico que es su propio origen. Y entonces tenemos que comenzar hablando de la que es quizás la principal joya cultural de todo Asturias: su Arquitectura Prerrománica. Los edificios construidos o patrocinados por los distintos reyes de Asturias entre los siglos VIII y X y repartidos por todo el principado, tuvieron unas características específicas, y sobre todo una calidad y claridad artística que en su conjunto le ha valido el título honorífico y la figura de protección de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Y además el piropo de historicistas e historiadores del arte que lo han definido como el conjunto arquitectónico prerrománico más original y definido, mejor conservado, y más numeroso, de todo el continente europeo. Los más impresionantes de todos los edificios, son los patrocinados por los reyes Alfonso II, Ramiro I y Alfonso III, y varias de estas construcciones se ubican en la propia ciudad de Oviedo y en sus proximidades. Quizás pueda ser éste un buen punto de partida para nuestra visita. 

Catedral de Oviedo
En las cercanías del centro histórico ovetense se encuentra la Iglesia de San Julián de los Prados, popularmente conocida como Santullano. Si el edificio ya nos sorprenderá por sus majestuosas formas y antigüedad, más sorprendente aún será una visita a su interior, en el que podremos contemplar las pinturas originales del siglo IX repartidas sobre sus paredes, en gran número, y en un magnífico estado de conservación. Pero quizás la visita más espectacular será la del Monte Naranco. Este lugar está situado en las inmediaciones de la ciudad y podemos llegar hasta allí caminando (30-45 minutos), y por supuesto más fácilmente en autobús urbano (línea Naranco-La Manjoya), sobre todo por aquello de que gran parte del recorrido es cuesta arriba. En las faldas de esta pequeña montaña se conservan quizás las dos construcciones más emblemáticas de todo el periodo Astur: los restos de la Iglesia de San Miguel de Lillo, y el fantástico antiguo edificio palatino de Santa María del Naranco del que los historiadores creen comprender sirvió de alojamiento veraniego o vacacional para los Reyes de Asturias, y que incluía  hasta un baño privado, algo nada habitual en la época. Seguramente no es el edificio más espectacular u original, pero sí la más hermosa y armónica de todas las construcciones prerrománicas españolas. Ambos edificios, Santa María y San Miguel están separados por unos escasos cinco minutos a pié el uno del otro, y ambos merecen una visita tanto por su belleza propia, así como por su antigüedad y buen estado de conservación. Además el lugar en que están edificados nos brindará unas excelentes vistas de la ciudad de Oviedo, en plena montaña, en plena naturaleza. Eso sí, convendrá que el viajero confirme los horarios de visitas y aperturas con anticipación a su visita, porque si bien es verdad que allí mismo puede comprar las entradas, también es cierto que el número de visitantes al interior de los edificios por día es limitado, y el horario de los monumentos cambia en función de la época del año, cerrando de cualquier modo todos los lunes y domingos por la tarde. Lo mejor es preguntar e informarse antes de ir al Monte Naranco en la propia Oficina de Información y Turismo de la ciudad de Oviedo. Y si este itinerario cultural del prerrománico asturiano realmente le interesa, que sepa que se puede complementar con visitas a la interesantísima Cámara Santa (en el interior de la Catedral del Salvador) que alberga algunas de las obras de orfebrería de mayor calidad y antigüedad de toda España y especialmente famosas son sus cruces de oro; o con una breve visita a la histórica fuente de la Foncalada; o con un paseo ante el testero de la vieja Iglesia de Santo Tirso, que conserva aún alguna de sus partes originales.
Plaza del Fontán. Oviedo.
No hará falta decir que el centro histórico de Oviedo –además de los citados edificios y de una hermosísima Catedral que resale en su mayoría a los siglos XIV-XV y a un estilo gótico– está repleto de fantásticas plazas, geniales palacios como el de los Marqueses de Camposagrado o el de Valdecarzana, y fantásticas y numerosas esculturas que decoran todos los rincones. Podrán entonces ser varios los itinerarios o las razones que elijamos para conocer sus calles. Desde aquí proponemos perdernos por el interior del Centro Histórico sin hacer un especial caso de adónde nos dirigimos, ya que sus estrechas y retorcidas calles, en cualquier dirección, nos hablan de su pasado remoto y esplendoroso, mostrándonos a la vez y con sorpresa rincones, plazas, calles y edificios de singular belleza. Especialmente recomendable el entorno y la plaza de la Catedral, la calle de la Rúa, la calle de Cimadevilla, la Plaza de Trascorrales, la plaza del Paraguas, la de la Constitución, y el Mercado del Fontán. Por cierto, en estos lugares brillan con luz propia sus sidrerías. Y todavía antes de irnos de Oviedo, o si nuestros intereses son más comerciales y lúdicos, podemos visitar su centro urbano, no histórico sin contemporáneo, repleto de centros comerciales, tiendas, lugares de ocio, y todo ello acompañado de una señorial y moderna arquitectura, y de un ingente número de esculturas –muchas de ellas de hermosísima factura e incluso famosos autores: Botero, Úrculo– que se reparten a lo largo y ancho de toda la ciudad. El área urbana en concreto se reparte en el entorno de las estaciones de Renfe y de Autobuses, y se articula con las calles Uría,  Cervantes, y General Elorza como principales ejes.


Santuario y fuente de Covadonga
Si nuestra estancia en Asturias va a ser larga, de al menos un par de días, o incluso tres,  podemos pensar en realizar alguna excursión o visita desde Oviedo. Las posibilidades son muchas, pero quizás la más recomendada, aparte de Gijón, y factible con transporte público sería a los Lagos de Covadonga. Es éste un lugar, paraje natural y sitio histórico situado en mitad del Parque Nacional de las montañas de Picos de Europa. En una sola pero larga jornada podríamos disfrutar de la espectacular y exuberante naturaleza asturiana, de sus calcáreas y legendarias montañas, su frondosa vegetación, sus lagos glaciares… y de propina visitar el lugar más querido por todos los habitantes de la región: la pequeña capilla de su santina, la virgen de Covadonga, construida en una oquedad, es decir, aprovechando el espacio de una pequeña cueva natural en la propia montaña. El lugar es realmente de una belleza pura, y es además el espacio legendario en el que los cristianos derrotaron por primera vez a los musulmanes en el año 722, cómo no, con intercesión divina de por medio. Nos apetezca visitarlo o no, hasta aquí nos traería el transporte en autobús desde Oviedo y Cangas de Onís, y aquí mismo cambiaríamos de autobús para adentrarnos en el interior del Parque de Picos de Europa: la montaña, sus paisajes, los lagos glaciares… y así comprenderíamos definitivamente por qué el slogan publicitario de la región asturiana es desde hace muchos años Asturias; Paraíso Natural.  

La otra visita de carácter casi obligatorio en Asturias es la ciudad de Gijón. Llegar de Oviedo a Gijón –y viceversa– es una tarea muy sencilla. Sus respectivas estaciones de autobuses están comunicadas con líneas regulares que salen con una frecuencia de media hora, normalmente. Y media hora, aproximadamente, es el tiempo que necesitaremos para cambiar de ciudad con este tipo de transporte, un poco más de tiempo si elegimos el tren. 

Vista aérea del puerto y centro histórico de Gijón
Gijón, junto con la cercana e industrial población de Avilés, es en la actualidad uno de los principales motores económico de Asturias, con el permiso de Oviedo. Gijón ha crecido desde un pequeñísimo núcleo de población antigua –el barrio de cimadevilla, que bien merece una visita tanto por lo pintoresco de sus calles, como por el ambiente festivo y lúdico–, hasta convertirse en la ciudad con más población del principado. Ciudad de aspecto moderno, en realidad nos engaña, pues tiene un pasado lleno de historia que nos habla de gran cantidad de restos y presencia prehistórica, e incluso de la fundación de un núcleo habitado durante el periodo romano, llamado Gigia, y de donde parece derivar el actual nombre de la ciudad. Pero casi nada queda de aquello. A lo largo de todos estos siglos de historia, y todavía hoy, Gijón vive y trabaja asomada al mar, razón principal por la que nos va a ofrecer un ambiente distinto al de Oviedo, y esa es también nuestra intención a la hora de presentar este destino. Si la capital es más señorial, Gijón es más informal, quizás por su vocación marina, o quizás por su propia decisión. Y en ella será muy fácil encontrar lugares de diversión y descanso, entre los que destacan sus parques, el ambiente festivo de Cimadevilla, la posibilidad de realizar la Ruta de la Sidra, poder disfrutar del increíble ambiente de la Universidad Laboral, reconvertida hoy en una verdadera ciudad cultural, y por supuesto la joya de la corona: sus magníficas playas, adecuadas no sólo para el baño, sino también especialmente para el surf y otros deportes acuáticos por su continuo viento y fuerte oleaje.

Playa de San Lorenzo. Gijón.
No podemos irnos de Asturias sin disfrutar de su exquisita y afamada gastronomía. Para empezar debemos probar un “culín” de  sidra, bebida alcohólica producida a partir de manzanas, y que incluye el curioso rito de escanciar la bebida antes de degustarla para que ésta despierte todo su potencial. Y la comida son también palabras mayores. El plato más impresionante y tradicional de Asturias es la Fabada, aunque en realidad las alubias que son su ingrediente principal las podemos encontrar en muchas otras recetas, algunas igualmente muy famosas, como las populares fabes con almejas con un paladar, sabor y aporte calórico mucho más suave y discreto. Destacan por su calidad las carnes y los pescados, las primeras por los exquisitos pastos y razas de vacuno asturiano, y los segundos por la riqueza del mar cantábrico que baña toda la región. Son muy afamados su gran variedad los quesos, entre los que brilla con luz propia el de Cabrales, picante y fuerte. Para los postres, destaca el Arroz con leche, y sobre todo las casadiellas, una especie de empanadilla rellena de frutos secos y en ocasiones anís. 

El clima de Asturias ha de ser un factor a tener en cuenta al organizar nuestro viaje. En primer lugar porque si nuestra intención es netamente “playera” hemos de tener clarísimo que las aguas del Mar Cantábrico no presentan la calidez y buena temperatura del Mar Mediterráneo. Son mucho más frías y agitadas. Y más importante aún, el clima tipicamente asturiano es muy volátil en todo el Principado de Asturias. El verano nos asegura buenas temperaturas, pero no necesariamente exentas de lluvia, ni de cambios bruscos entre jornadas soleadas y otras nubosas o incluso con precipitaciones. Es así como las montañas de Picos de Europa se hacen presentes: toda perturbación proveniente desde el océano Atlántico, o desde el Canal de la Mancha va a encontrarse directamente con ellas, razón por la que el índice de pluviosidad en Asturias es relativamente alto. No por ello desaconsejamos una visita en invierno –evidentemente si para playa– porque las temperaturas serán bajas pero no prohibitivas, pero ha de saber el viajero que se expone a lluvia, frío, y la presencia de nieve y temperaturas extremas durante la noche en algunos lugares de la región como Covadonga y sus lagos, y en general toda la cordillera montañosa que cierra por el sur la región. Las temperaturas máximas en Gijón en pleno verano no suelen superar los 25º, y las mínimas en invierno suelen estar entorno a los 4º. Los parámetros son casi los mismos en Oviedo, aunque las mínimas pueden ser algo inferiores debido a la relativa lejanía del mar. De noviembre a febrero se acumulan, en cualquier caso, el principal ciclo de lluvias, y será quizás el peor momento para visitar el Principado de Asturias. El periodo más aconsejable la alta primavera y el verano, pero por supuesto, teniendo siempre en cuenta la previsión meteorológica a corto plazo.



Video promocional del Principado de Asturias.


 
I.Y.P.

miércoles, 9 de mayo de 2012

San Isidro, patrón de Madrid.

Nuevamente llega la fecha. El próximo martes 15 de Mayo será festivo en la ciudad de Madrid en honor de su patrón: San Isidro Labrador. Pero… ¿quién fue Isidro de Merlo y Quintana? ¿Y por qué es patrón de Madrid? No pretendemos aquí hacer una tesis doctoral acerca del personaje, o mucho menos una investigación sobre sus incontables milagros reconocidos por la Iglesia católica. Pero sí que nos atrevemos a responder, al menos, a estas dos preguntas. Y también aprovechamos para dar otra información que quizás os interese más: las actividades, actos, exposiciones, conciertos… en definitiva el programa de fiestas y celebraciones que tendrán lugar durante los próximos días en la ciudad de Madrid, en honor de San Isidro.

Cartel oficial de las fiestas
San Isidro, el santo patrón de Madrid, fue un personaje real del que además se conocen gran cantidad de detalles de su vida. Pero esto no significa que todos sean estrictamente ciertos. De hecho, lo más probable es que muchos de ellos hayan sido exagerados o modificados a partir de una realidad inicial, para de este modo crear una figura religiosa legendaria, de suma importancia para el desarrollo cultural y religioso de la ciudad de Madrid. Especialmente tras la reconquista de ésta, y especialmente al sentir esta población la necesidad de legitimizar su pasado cristiano, y más aún en el momento en que era elegida como nueva capital del Reino de España, que no casualmente coincide en el tiempo con el momento en que el santo es canonizado. En otras palabras, San Isidro fue un personaje histórico, verdadero, cuya trayectoria vital ha sido moldeada adecuadamente para unas necesidades específicas, hecho histórico que se ha repetido a lo largo y ancho de la Europa Occidental durante toda la Edad Media, precisamente con el mismo fin de justificar o dignificar una ciudad, una sede episcopal, un lugar religioso... o sencillamente un lugar santo o de peregrinación. Quizás el caso más estudiado y mejor conocido es el del sepulcro del Apóstol Santiago en la ciudad gallega de Compostela, cuya historia, tradición y formación mezcla historia, leyendas, e incluso fábulas o aportaciones del ideario popular, que han acabado escribiendo una historia lineal, unificada, llenísima de detalles y aceptada por el común de las gentes durante siglos, aún sin tener constancia documental, verdadera, arqueológica de muchos de los datos e historias que se cuentan. A menor escala, pero con idéntico proceso y resultado, es lo que ha ocurrido con la figura de San Isidro. El santo se convertía en patrón de Madrid en el momento adecuado, de manera necesaria, y quinientos años después de su muerte se reescribía su vida y su historia, sus obras y sus milagros. 

De acuerdo con estas noticias, Isidro de Merlo y Quintana –éste era el nombre del hombre, futuro santo– nacía en el año 1080 ó 1082 (depende de las fuentes) en la ciudad de “Mayrit”. De entrada, nos enfrentamos ya a dos pequeños problemas o incluso contradicciones. La primera de ella es que en la mayoría de las ocasiones la presencia de conjunciones en los apellidos indican un origen en familia nobiliaria, y sin embargo la biografía de San Isidro nos habla de un origen humilde, ratificado con el trabajo que realizó durante su vida: criado y agricultor para una familia madrileña. Expliquemos lo de los apellidos. En el caso de Isidro tenemos las conjunciones “de” e “y”. La primera se puede explicar como referencia a un topónimo, a un lugar de origen, y por tanto no siempre tiene necesariamente explicación nobiliaria, sino más bien todo lo contrario: se da el lugar de origen o arraigo de la persona porque se desconoce su verdadero apellido familiar. Pero un poco más problemático es la unión de los dos apellidos con “y”, en tanto que se está sumando, legitimando, y esto sólo es propio de las familias con títulos y propiedades que justificaban así su origen, o la pertenencia a ellos de ciertas heredades, privilegios o derechos heredables por vía nobiliaria. Ello no concordaría mucho con el papel vital de Isidro, con su trabajo, que fue el de criado en una familia madrileña, agricultor para más detalles. ¿quién era entonces, realmente, Isidro?. Tampoco importa tanto. La tradición y el tiempo han asentado su historia y esa es la verdad que hoy pesa. Y además, tampoco sería el primer hombre o mujer, santificado, de origen nobiliario, sin ir más lejos de España: San Francisco de Javier. Pero siempre nos quedará la duda de quién era realmente.

El milagro del Pozo (Alonso Cano)
El segundo detalle aparentemente contradictorio es la fecha de nacimiento del santo. Se cita el año 1080, o en otros documentos, y más específicamente, el 4 de Abril del año 1082. No importa. Lo que ambos documentos afirman es que nacía en Madrid antes del año 1083, y entonces tenemos la segunda contradicción. La población de Madrid, o más exactamente Mayrit en esos momentos, todavía era una población musulmana, en tanto que la reconquista por parte de las tropas cristianas de Alfonso VI de León y Castilla no sucedió hasta el año 1083 (1085 para algunas fuentes). Esto puede ser un problema pero no una imposibilidad. Es decir, la ciudad era de mayoría de población y gobierno musulmán, pero eso no significa que en sus arrabales o en alguno de sus barrios marginales pudiese vivir una pequeña población cristiana. Esta podría ser la única explicación lógica posible, en cualquier modo de difícil comprobación pero factible. A partir del año 1085, y esto sí se puede afirmar como dato histórico, la ciudad de Madrid quedaba integrada en el Reino de Castilla y tanto la propia población como su alfoz y sus territorios dependientes pasan a manos de cristianos que sustituyen a los musulmanes en la parte central de la ciudad. Se invierte ahora el papel de las gentes que habitan la ciudad, y los arrabales o los barrios periféricos pasan a estar habitados por las nuevas minorías: musulmanes y judíos. Éstos se asentaron principalmente fuera de las murallas, fuera de la verdadera ciudad de Madrid, y especialmente en la vertiente sur de la ciudad, en el espacio que hoy ocupa el barrio de Lavapiés (por ejemplo hay constancia documental de que en la actual calle de la Fe existió una sinagoga antes de la expulsión de los judíos. Y también la menos fiable idea de que el nombre de la plaza y del barrio, Lavapiés, proviene de una gran fuente que allí existió y que servía para la limpieza y abluciones de éstas poblaciones antes de asistir a sus cultos religiosos). Ésta sería la ciudad y la situación en la que crecería San Isidro.

De cualquier manera, y con algunas precauciones, podemos dar por válidos los primeros datos que nos hablan del origen de San Isidro: su propio nombre, y su lugar de nacimiento. Pero es que son muchos más los hechos y detalles que se conocen de la vida del santo, con toda profusión de detalles, y que por supuesto mezclan lo histórico y lo legendario o milagroso, y que justificarán sobradamente su elección como futuro patrón de Madrid. Pero de lo que no cabe discusión alguna, es que la Iglesia Católica le atribuye más de 400 milagros reconocidos hasta su largo proceso de beatificación (finalizado el 14 de Junio de 1619 por el Papa Paulo V), y su posterior canonización (12 de Marzo de 1622, por Gregorio XV). Evidentemente, los más de 500 años de diferencia entre el momento de vida del santo, y el momento de beatificación  son explicación más que suficiente para comprender la distorsión de ciertos hechos históricos. Y más facil aún comprender cómo la ciudad de Madrid, recién designada capital del Reino (año 1561), necesitaba legitimar su tradición católica, su pasado católico o incluso su origen; pero por encima de todo enmascarar u olvidar su verdadero pasado y origen musulmán. San Isidro y sus milagros se convertía entonces en la herramienta adecuada para este fin.



Pero hablemos un poco más del personaje histórico. Se nos dice que Isidro fue un sencillo agricultor que trabajaba para la ilustre familia madrileña de los Vargas. Se nos cuenta cómo destacaba por ser un gran trabajador, de carácter afable y gran amigo de sus amigos, y especialmente de la familia para la que trabajaba. Los campos de labranza en los que Isidro desarrollaba su trabajo estaban situados en lo que actualmente es el distrito madrileño de Carabanchel. Esto es exactamente al otro lado del río Manzanares, nada más atravesarlo por el Puente de Toledo –salida natural antigua hacia el sur desde Madrid– y que se extendían hasta lo que en la actualidad es la Casa de Campo. Y siempre de acuerdo a estas noticias conocidas a través de datos eclesiásticos indirectos y hagiografías, fue en aquellos lugares donde se obraron varios de los muchos milagros que se atribuyen a San Isidro.
Cuerpo incorrupto de San Isidro
Entre los más famosos destacan el de la ayuda divina que recibía, a través de ángeles, cuando las horas del día no eran suficientes para realizar las tareas agrícolas. Así ha sido recogido también por distintos pintores que lo han inmortalizado descansando, a la sombra de algún árbol, y rezando, mientras la pareja de bueyes que aran la tierra son dirigidos por los enviados divinos. Además de este milagro, es también especialmente famoso el que nos cuenta que en un año de sequía, clavó su vara en el suelo para que inmediatamente surgiese de allí un manantial de agua. Y además, de esa misma fuente, muchos años después beberían incluso los reyes de España, sanándose con esta milagrosa agua de su incurable enfermedad. Estos campos de agricultura en los que trabajó San Isidro están hoy perfectamente identificados en Madrid, y son precisamente el lugar exacto en el que se celebran gran parte de las festividades religiosas y lúdicas en los días cercanos al 15 de Mayo. En el mismo lugar se conserva una pequeña capilla, reconstruida tras haber sido destruida la antigua, la original medieval, durante la Guerra Civil Española. Y por supuesto allí mismo está la fuente milagrosa. Sin embargo, el cuerpo del santo; que fallecía el 30 de noviembre de 1172 a la poco habitual edad para la época de 90 años; está hoy conservado y custodiado, no en esta capilla, sino en la más lustrosa Colegiata de San Isidro, en la céntrica calle de Toledo, justo a unos pocos metros de la Plaza Mayor. También con su propio cuerpo se nos habla de milagros, pues tras haber estado enterrado en la Capilla del Obispo –iglesia de San Andrés–, fue hallado años después de muerto en un estado “incorrupto”, aún a pesar de no haber sido embalsamado ni preparado para la momificación. Por esa razón hoy se custodia en una urna de vidrio cerrado herméticamente y no es posible su contemplación habitual, pues se pretender favorecer la conservación. Aún así, en contadas ocasiones se realiza la exposición del cuerpo (foto en esta misma entrada del blog).

Casa de los Vargas - "Museo de los orígenes"
Son muchísimos más los milagros que se atribuyen a San Isidro. Desde el nada despreciable de haber resucitado en el año 1212 para  aconsejar a los reyes de España sobre la batalla de las Navas de Tolosa, de la que saldrían victoriosos, hasta otro mucho más popular y que nos ha de llevar a la casa solariega de los Vargas en la que trabajó y vivió, y que desde no hace demasiados años ha sido reconvertida en museo por el Ayuntamiento de Madrid. Según nos cuenta la historia, Isidro casó con María Toribia –que pasó a la historia como Santa María de la Cabeza–, y ambos concibieron un hijo llamado Yllán. Siendo aún bebé el niño, éste cayó a un pozo de agua que existía en la casa, de gran profundidad y muy estrecho. Desesperado, Isidro se arrodilló ante el pozo y comenzó a rezar e implorar ayuda divina. Así fue cómo repentinamente el nivel de las aguas ascendió más de 20 metros, hasta que finalmente su hijo afloró flotando y pudo ser rescatado de una muerte segura. El pozo del milagro está hoy conservado en la que fue la vieja casa de los Vargas, en la que Isidro y María habitaron durante su vida. Eso sí, conviene explicar, que el actual palacio fue reedificado, y por tanto no es el original del siglo XII, pues sencillamente fue destruido y en el mismo lugar otra ilustre familia madrileña –los Lujanes– levantaron uno renacentista, que aún hubo de ser ocupado por la sede del Nuncio Apostólico tras el traslado de la Corte a Madrid, y luego aún perteneció a la familia de los Condes de Paredes de Nava. En 1972 el edificio fue completamente remodelado y reconstruído en parte ante la inminente ruina, y en ese momento se aprovechó para reorganizarlo entorno al viejo patio renacentista y en el mismo lugar en el que estaban las habitaciones que ocuparon San Isidro y Santa María de la Cabeza. Evidentemente, en su interior también se decidió conservar el pozo del milagro. Recientemente el palacio ha sido habilitado como “Museo de los orígenes” por el Ayuntamiento de Madrid, y su acceso es libre y gratuito.

San Isidro fue beatificado el 14 de Junio de 1679 por el papa Paulo V, fijándose entonces su celebración en el santoral para el 15 de Mayo, y haciéndole patrón de la Villa de Madrid, pero también patrón de los agricultores, viticultores, e ingenieros agrícolas. Evidentemente, desde la fecha de muerte de San Isidro (1172) hasta la fecha de su beatificación (1679), ha pasado tiempo más que suficiente como para encumbrar a este hombre como un gran santo, hacedor de milagros y que sobre todo, y este es el pequeño gran detalle, cubría una necesidad exigente y urgente para una ciudad que no sólo estaba creciendo de manera desmesurada, sino que además acababa de ser designada capital del mayor Reino que nunca vio Europa. La rápida difusión del culto a San Isidro tuvo entonces mucho que ver con algunos de los escritores más ilustres de las letras hispanas, por ejemplo con el mismísimo Lope de Vega. En el año 1599, Fray Domingo de Mendoza le había encargado al famoso dramaturgo una biografía en verso del hoy patrón de Madrid, y el escritor escribió al inicio: Todo lo que escribo es auténtico: y cosas hay, que los que nacimos en esta villa, las sabemos en naciendo, sin que nadie nos las enseñe, y diga, que no es pequeño argumento de la santidad de este varón excelente. Y por mí mismo saco yo esta verdad, pues supe que la fuente de su ermita la hizo con su aguijada, y que araba en aquellos campos con los ángeles, sin otro maestro, que haber nacido en ellos. En otras palabras, la figura de San Isidro era ideal para cubrir un vacío existente, y como tantas otras veces ha sucedido a lo largo de la historia, las ciudades de toda Europa buscan en su pasado una figura pía, destacada, e importante, que puedan convertir en su patrón

Pradera de San Isidro (pintura de Francisco de Goya, año 1788)



En definitiva, santo o no, hombre milagroso o no –que cada uno lo juzgue con su fe y sus pruebas–, lo que es innegable es que San Isidro es el patrón de Madrid, y por esta razón la ciudad, a través de su Ayuntamiento organiza las fiestas anuales. Entre los actos más destacables para la edición de este año:

Pregón de las fiestas. El viernes 11 de Mayo a las 20.00horas en la Plaza de la Villa. Este año el pregón lo realizará Pedro Duque, primer astronauta español de la Agencia Espacial Europea que viajó al espacio. Con su discurso se iniciarán de manera oficial los festejos y actividades en honor de San Isidro en este año 2012. Pero desde las 18.00 horas habrá desfiles de gigantes y cabezudos por las calles de la ciudad.

Universimad. Ciclo de conciertos que se celebrarán el 13 de Mayo, de 16.30 a 00.30 horas en el Escenario Puerta del Ángel (Casa de Campo). En esta actividad va incluida la 34ª edición de los premios Rock Villa de Madrid, a las 16.00 horas. La entrada es gratuita, pero con invitación –para controlar el número de asistentes– que se puede conseguir en www.opentrada.com, Fnac Callao, Fnac Castellana, Fnac La Gavia, y Casa del Estudiante (Edificio de Alumnos, Avda. Complutense s/n). Conciertos a cargo de: Corizonas, Nacho Vegas, Xoel López, Smile, Pájaro, Hoy muero viernes, etc.

Callejeando. El Circo Price de la Ronda de Atocha organiza, un año más, una serie de pasacalles y espectáculos circenses gratuitos por el centro histórico de Madrid, la mayoría por el Barrio de Lavapiés: Plaza de Agustín Lara (junto a las Escuelas Pías), Plaza de Lavapiés, Plaza de Cabestreros, Corrala de Lavapiés, Casino de la Reina… Desde el sábado 12, hasta el lunes 14. Información más detallada y horarios en el Programa de fiestas.

Planeta Madrid. V Edición del Festival de Música y Desarrollo Sostenible que se celebrará el sábado 12, de 17.00 a 00.30 horas en el Escenario Puerta del Ángel (Casa de Campo). Entrada gratuita. Los conciertos musicales correrán a cargo de Goran Bregovic, Hola a todo el mundo, Patax, Peachy Joke, Yuma… Un año más también se organizan los distintos talleres de concienciación ecológica y medioambiental: “planetaconocimiento”, “planetadescubrimiento”, “planetaresponsable”… y muchísimas más actividades amenizadas con actuaciones musicales y teatrales en directo.

Noches de fuego y música. En el estanque del Parque del Retiro, los días 12, 14 y 15, desde las 22.30 horas. El estaque del Retiro se convertirá durante tres noches en un festival de luz, sonido y pólvora. Sobre el agua se reflejarán impresionantes fuegos artificiales, que danzarán sincronizados al ritmo de la música.

Actos en la Pradera de San Isidro. En el lugar por excelencia de las fiestas en honor a San Isidro, la junta municipal de Carabanchel ha organizado una serie de conciertos musicales y actividades oficiales. Así por ejemplo el 12 de Mayo a las 22.00 horas será el concierto de El Pescao, y el día 14, a la misma hora, actuarán primero Platos Rotos, y después Fernando Martín & Ideales. Sin embargo, el día 15 de Mayo, verdadero día de festividad de San Isidro, en la pradera se realizará la solemne misa (12.00 horas), actuaciones castizas y goyescas (13.00 a 20.00 horas), y por la noche habrá fuegos artificiales y el concierto de Soraya (22.00 horas). 

Corridas de Toros - Feria de San Isidro. Aunque en realidad es una actividad paralela a las fiestas de la ciudad, no es menos cierto que la Feria de San Isidro es uno de los mejores momentos para poder asistir a una corrida de toros en la ciudad. 


Son muchas más las actividades que distintos colectivos, asociaciones de vecinos, distritos municipales… organizarán, especialmente el martes día 15, verdadera jornada de la festividad. Informaos y elegid a vuestro gusto, y tened en cuenta que algunos de los lugares, y especialmente la pradera de San Isidro en la que se celebrarán los principales actos religiosos (junto con la Colegiata de San Isidro) y oficiales, casi con total seguridad, contarán con un exagerado número de personas participantes. Planead un poco vuestras intenciones, y disfrutad de la fiesta.


Acceso al Programa oficial de Fiestas (pdf).



I.Y.P.