La isla de Tenerife recibe su nombre del viejo idioma idígena: montaña blanca, eso es lo que significa “Tenerife” en guanche. Y la definición no puede ser más acertada porque si algo destaca
por encima de cualquier otra cosa al llegar allí es la cumbre nevada de la
montaña más alta, no del archipiélago de las Islas Canarias, sino de toda España con sus 3718 metros: el
volcán Teide. Blanco por la nieve que acumula durante gran parte del año,
aunque es verdad que dependiendo de la estación, o incluso del día, lo podremos
encontrar perfectamente blanco, o sencillamente oculto por nubes o gases sulfurosos
que nos recuerdan su actividad volcánica.
Parque Nacional del Teide (Tenerife) |
Ideal porque a pesar de la distancia
–unos 2000 kms– que separa a las islas
de Madrid, Tenerife cuenta con varios vuelos directos todos los días, durante
todo el año, e incluso con dos aeropuertos. Esto se explica por su elevada
población local que ronda el millón de habitantes repartidos en 2034 km2,
pero sobre todo por el gran volumen de turismo que la visita durante todo el
año, y más específicamente durante el invierno: más de siete millones al año
entre todas las islas. Pensadlo bien, mientras en Europa y en la Península
sufrimos los rigores del invierno, con lluvia, frío, nieve… en Tenerife la
gente está en la playa, disfrutando del sol y del baño, o visitando el interior
de la isla con ropa ligera, o incluso en pantalones cortos.
Llegar a Tenerife es por lo tanto
sencillo, y a menudo bastante económico, sobre todo si elegimos compañías de
bajo coste o “temporada baja” de turismo. Evidentemente podemos viajar a
Tenerife en barco, principalmente desde Cádiz, pero esto sólo alarga el viaje,
además de encarecerlo, y desde este blog tan sólo queremos animaros a conocer
la isla durante un largo fin de semana. Desde el aeropuerto de Madrid Barajas
disponemos de conexiones directas y diarias con Iberia, Air Europa o Ryanair. Y
en unas dos horas y media estaremos en la isla. Fijaos bien al comprar el
billete porque estas mismas compañías realizan vuelos no directos –con alguna
escala– y evidentemente esto alargará el viaje, aunque también es verdad que por
la misma razón en ocasiones lo abarata, cuestión que quizás merezca la pena
sopesar. La otra razón importante para tener en cuenta todos los detalles del
billete es que en Tenerife hay dos aeropuertos: Tenerife
Norte Los Rodeos y Tenerife
Sur Reina Sofía; y aunque en principio esto no es un gran problema porque
el tamaño de la isla no implica desplazamientos muy grandes o incómodos, tal
vez sea buena idea buscar la cercanía a vuestro hotel, o a la zona más
turística por excelencia que es el sur. De cualquier modo, una vez en Tenerife,
sus dos aeropuertos están perfectamente conectados entre sí con autobuses de línea regular que también circulan
por la mayoría de las poblaciones costeras turísticas; y también es muy fácil
contratar un servicio privado tipo shuttle, o coger un taxi para llegar a
vuestro destino.
Vista del Macizo de Anaga. |
Tenerife, como el resto de las islas
canarias, tiene un origen volcánico y un clima privilegiado por su situación
geográfica. La conjunción de estos dos factores ha creado una isla que parece
casi un pequeño continente por la variedad de paisajes, fauna y flora. Partimos
de la base ya citada de que el sur es más árido que el norte, pero será una
fantástica idea realizar alguna visita al corazón del territorio, y desde este
blog os proponemos dos diferentes con un mismo denominador común: conocer la
exquisita naturaleza de la isla. La primera de ellas es una visita a la Cordillera de Anaga, viaje fácilmente realizable en tanto que existen autobuses
regulares específicamente pensados para aquellos que quieran practicar el
senderismo, o simplemente caminar y disfrutar del montañoso norte de la isla. Diariamente
salen autobuses desde la localidad de San Cristóbal de La Laguna, en las
cercanías de Santa Cruz de Tenerife, lugar al que también se puede llegar con
transporte público. La cordillera de Anaga está formada por varios picos
volcánicos completamente cubiertos de una frondosa y variada vegetación por su
ubicación en el extremo norte de la isla, que le confiere un clima más frío y húmedo.
Aprovechad la gran cantidad de senderos señalizados para conocer su hermoso
litoral rocoso, sus densos bosques, y no olvidéis subir al Pico del Inglés,
visitar el Faro de Anaga en el extremo noreste, o conocer alguna de sus
pequeñas y pintorescas aldeas, como puede ser el caso de Tagana.
Paisaje volcánico en el Parque Nacional del Teide. |
Si en lugar de caminar entre variada
y frondosa vegetación, preferís caminar por paisajes más áridos y desérticos,
entonces vuestra excursión ha de ser al Parque
Nacional del Teide, visita en realidad de carácter casi obligatorio para
cualquier visitante de la isla. Situado en el centro de la isla, es desde el
año 1954 uno de los Parques Nacionales más grandes de España, y uno de los más
visitados. Al igual que en la cordillera de Anaga el territorio está lleno de
senderos señalizados para las excursiones de los visitantes, pero que en este
caso descubrirán el más que evidente pasado y presente volcánico de la isla y
no tanto una impresionante vegetación. Mantos de ceniza, corrientes
solidificadas de lava, y una impresionante variedad de materiales y minerales
volcánicos de muy diferentes colores y texturas serán los compañeros de viaje,
junto con una escasa pero bellísima flora en la que destaca especialmente el
tajinaste rojo. Todo ello está principalmente repartido a lo largo de una
depresión llamada Las Cañadas, de algo más de 16 kilómetros de longitud, y que
tuvo su génesis hace unos tres millones de años durante una fuerte erupción
volcánica. Sobra decir que en el centro de este lugar, se encuentra El Teide,
el gigante blanco y principal volcán, secundado de otros muchos cráteres
antiguos conocidos con el nombre de Pico Viejo (3134 metros, con un cráter de
800 metros de amplitud); la Montaña Blanca (2760 metros), o la Montaña Rajada
(2509 metros). El volcán Teide todavía está activo, aunque su última erupción
significativa tuvo lugar en el año 1798. Pero por la continua emisión de gases
sulfurosos, y por la protección naturalística y científica con que cuenta, la
visita a su caldera sólo se puede realizar con un permiso especial. No es el
caso de los otros volcanes citados (extintos) y lugares de especial belleza,
como el Llano de Ucanca, o los espectaculares Roques de García, y los muchos
miradores que aunque también cuentan con lugares de acceso restringido, en
general permiten una excursión mucho más accesible. El acceso al Parque
Nacional del Teide se puede realizar con las líneas regulares de autobuses 348
y 342, y en el mismo parque existen dos centros de recepción de visitantes,
abiertos todos los días del año (excepto el día de Navidad y el 1 de Enero), en
el que se pueden conseguir todo tipo de informaciones y mapas para la visita,
así como contratar rutas guiadas, o la posibilidad de visitar el Jardín
Botánico o hacer uso del telesilla que nos subirá a tan sólo 200 metros de la
cumbre del Teide.
Playa de Benijo (Macizo de Anaga) |
Si vuestras inquietudes no están
cubiertas con estas proposiciones, o bien por el contrario sois mucho más
urbanos, evidentemente el lugar que debéis visitar es la actual capital de la
isla: Santa Cruz de Tenerife. Situada al Noreste, la ciudad tomó el nombre de
una cruz sagrada que hizo construir en una de sus playas el conquistador Alonso Fernández de Lugo en 1494, momento de su llegada. Hay que explicar que en aquel
momento la ciudad prácticamente no existía, pues en realidad era una pequeña
población de pescadores que surtía a la cercana población de San Cristóbal de
la Laguna, más al centro de la isla, y antigua capital indígena. Pero el
desarrollo y crecimiento de aquel pueblecito pesquero fue espectacular desde la
conquista de la isla, y desde 1723 la ciudad es el centro administrativo de
toda la isla tinerfeña. Su economía sigue estando todavía muy vinculada a su
importante puerto, no sólo por su origen pesquero, sino también y sobre todo
por su importancia estratégica para viajes trasatlánticos y su gran volumen de
mercancías, tanto de importación (ninguna de las islas del archipiélago canario
es autosuficiente), como de exportación, principalmente plátanos, hortalizas, y
un variado número de frutas tropicales.
La ciudad de Santa Cruz de Tenerife
está llena de rincones, calles, museos y tiendas que bien pueden merecer una
visita. En el conjunto de la ciudad destaca su arquitectura colonial,
mayoritariamente del siglo XIX, que le confiere una cierta unidad y sobre todo
un carácter propio. Son edificios repartidos por su centro histórico, blancos,
con uso de piedras volcánicas de variados colores y tonos para la decoración en
jambas, esquinas, ventanas y torres, y con hermosísimos y elaborados balcones
de madera. Aconsejamos callejear por este lugar sin olvidar visitar la Plaza de
la Iglesia donde está el elegante
campanario de la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción. Visitad
también la Plaza de la Candelaria que se abre a la Plaza de España, uno de los
lugares más concurridos de toda la ciudad. Si buscáis compras, la calle del
Castillo será vuestro paraíso. Se trata de un eje peatonal completamente
repleto de tiendas de todo tipo: desde ropa y moda, hasta objetos y artículos
de artesanía, o tiendas específicamente dedicadas a la electrónica.
Arquitectura canaria en San Cristobal de la Laguna. |
Entre las posibles excursiones
urbanas por el interior de la isla, quizás la más famosa y aconsejable sea la
que tiene como destino la población de La Orotava. Su nombre proviene del
antiguo origen indígena, del Reino de Taoro, pero su gran crecimiento tuvo
lugar a lo largo del siglo XVI en el que se construyeron la mayoría de sus
iglesias y edificios históricos, en su mayoría a través de la inmigración
andaluza. Aún así se trata de una de las ciudades antiguas mejor conservadas,
no de Tenerife, sino de todas las Canarias. Sus calles son estrechas, se
adaptan al terreno, y su relativamente grande centro histórico está repleto de
hermosísimas casas de estilo canario. Destaca la Iglesia de la Inmaculada
Concepción, con una fachada barroca de aires hispanoamericanos, enmarcada entre
sus dos pequeñas torres, y equilibrada y colorida por el uso de materiales
volcánicos. Visitad alguna de las viejas mansiones, como por ejemplo la llamada
Casa de los Balcones, o la Casa del Turista: sus patios interiores son
espectaculares, y no dejéis pasar la ocasión de conocer alguno de sus ricos
parques, especialmente el Jardín Victoria, ubicado en un agreste barranco.
Carnaval en Santa Cruz de Tenerife. |
Como en todas las entradas de este
blog, tampoco quiero despedirme sin hablar un poco de la gastronomía tinerfeña.
Los principales platos tradicionales de Tenerife están compartidos con el resto
de las Islas Canarias. Es cierto que en las innumerables instalaciones
turísticas se está imponiendo el buffet o la comida más europea, pero no
tendréis que buscar demasiado para encontrar algunos platos, o algunos
restaurantes que os permitan disfrutar de los pescados, las frutas tropicales,
el arroz y la patata, que son los ingredientes más habituales de la comida
canaria. Probad la Sopa de Pescado, el Puchero Canario, o el Rancho Canario:
una combinación de carnes o pescados elaborados en sopas que suelen incluir
verduras y legumbres, principalmente garbanzos. Quizás el plato estrella de
estos tipos de sopas sea la Ropa Vieja, un guiso de carne con garbanzos,
tomate, patata y cebollas. Probad las tapas canarias, y no olvidéis nunca la
estrella de todas ellas, las Papas arrugás: patatas cocidas en agua de mar,
acompañadas de mojos (salsas) verde y rojo. Como postres encontraréis la gran
variedad de frutas propias, con el plátano a la cabeza, higos chumbos, piñas y
papayas. Y para finalizar una buena comida, quizás la mejor idea es degustar
alguno de las bebidas locales, como puede ser el ron, elaborado con la caña de
azúcar local, y al que a menudo se le añade melaza para degustarlo sólo, bien
fresquito.
Video promocional de la isla de Tenerife.
IYP
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