viernes, 13 de abril de 2012

Cercedilla y la Subida a Navarrulaque


La pequeña población de Cercedilla es uno de los destinos preferidos por los madrileños que buscan sol, nieve, tranquilidad y naturaleza. Situada a sólo 56 kms. de Madrid, y encaramada ya en las faldas de la Sierra de Guadarrama, Cercedilla nos ofrece todo lo que podemos necesitar para una fantástica jornada de montaña, ya sea invierno o verano, primavera u otoño. Cercedilla es una población que vive en la montaña y para la montaña. Un solo dato nos lo explica: en ella nació Paco Fernández Ochoa, primer medallista olímpico en unos juegos de invierno para España; y en total hasta 22 campeones de España de esquí, en las modalidades de alpino y de fondo, están ligados a la historia de esta pequeña población. 


Subida desde Cercedilla a Navarrulaque
Para llegar hasta Cercedilla tenemos dos opciones de transporte público. La primera de ellas es el tren. A través de la Red de Cercanías llegaremos con mucha facilidad a Cercedilla, ya que está en la línea que comunica Madrid con Segovia (C.8b), y por tanto podremos tomar el tren prácticamente cualquier estación de la red de Cercanías del centro de Madrid. Además, la frecuencia de trenes es relativamente alta, con aproximadamente uno cada 40 minutos en las horas punta, descendiendo sensiblemente en las horas valle, y aún un poco más en los días festivos, hasta más o menos uno a la hora. La otra opción de transporte público, igual de práctica, es el autobús interurbano de la compañía Larrea, que tiene su partida en Madrid desde el intercambiador de Moncloa. En cualquiera de los dos casos, en poco más de una hora estaremos en el destino.

La primera impresión que tendremos en Cercedilla es la de estar muy lejos de Madrid, pues nada excepto el gran número de visitantes nos recuerda que muy cerca tenemos una ciudad de más de cuatro millones de habitantes. Pero es que, como suele suceder en la mayoría de las localidades serranas de Madrid, las poblaciones son pequeñas y aún conservan ese ambiente popular, incluso rural que en absoluto existe en la capital. Pero no nos engañemos, Madrid está cerca, y por ello la mayoría de la población de Cercedilla se dedica al sector de servicios; especialmente restauración y otras actividades turísticas como son la organización de todo tipo de actividades de ocio: hiking, escalada, rutas por la naturaleza, paseos en caballo, en bicicleta…  Es también  zona de “residencia veraniega” de grandes empresas y multinacionales; y a la vez y como contrapunto son todavía habituales las explotaciones ganaderas, que están diseminadas por las inmediaciones de la población, y que ayudan sensiblemente a obtener esa sensación tan agradable de naturaleza, de retiro, o de pueblo.

Mirador de Vicente Aleixandre
Una vez llegados a Cercedilla podemos comenzar a disfrutar de la montaña, por ejemplo tomando alguna de las muchas rutas, caminos y senderos indicados. Pero también hemos de saber que tenemos todavía opción de prolongar un poco más nuestro viaje: podemos tomar el tranvía que desde la misma estación de tren nos llevará a lo más alto de los puertos de Navacerrada y de Cotos, desde donde no sólo podremos disfrutar de una de las mejores panorámicas de la propia sierra y la Comunidad de Madrid; sino que también seguiremos con la opción de realizar alguna ruta señalizada, y si es invierno y hay nieve, no lo olvidemos, practicar el esquí. Si optamos por quedarnos en Cercedilla podemos acudir a alguno de los distintos puntos de información (del Ayuntamiento de Cercedilla, o de la Comunidad de Madrid)  para tomar los últimos apuntes y mapas, y realizar alguna de las numerosas rutas que se nos ofrecen. Algunas son especialmente famosas, caso de la Ruta o Camino Smith, o la Ruta de subida a la Peñota, o la Fuenfría, o la montaña de Montón de Trigo, o recorrer la vieja “Carretera de la república” (que está cerrada al tráfico rodado), y en muchos casos asomarnos a la otra vertiente de la sierra y disfrutar de la panorámica de Segovia y Castilla… Podréis encontrar gran cantidad de rutas perfectamente señalizadas por distintas asociaciones deportivas y culturales, y con muy distintos grados de dificultad y longitud. La señalización, por cierto, es muy clara normalmente, y consiste habitualmente en círculos o triángulos de distintos colores que nos guían por todos los cruces de caminos y senderos. Aún así siempre podéis acudir a las distintas webs, muy numerosas, que ofrecen mapas y planimetrías bastante precisos, que tal vez sea conveniente, diría una buena idea. Una búsqueda en google con "rutas sierra de guadarrama - cercedilla" os dará resultados más que suficientes, y podréis hacer una selección a vuestro gusto.

Pero de entre todas las rutas existentes, hoy queremos proponer aquí una “circular” para iniciar y finalizar en Cercedilla, de dificultad baja y con un recorrido total aproximado de unos 8  kms, y que en su punto más alto nos ofrece una fantástica panorámica de media Comunidad de Madrid. Si la realizáis visitaréis interesantes lugares donde la asociación cultural Navarrulaque ha creado y mimado una serie de “miradores” bautizados y dedicados a distintos escritores españoles. Esta ruta es popularmente conocida como la subida a Navarrulaque, o ruta de los miradores. Para realizarla saldríamos de Cercedilla, como no podía ser de otra manera, subiendo. Desde la estación de tren, o la parada del autobús (pues están una frente a la otra), hemos de tomar la carretera que sube hace “las dehesas”, eligiendo para ello la carretera a nuestra izquierda en el primer cruce. Ésta discurrirá bordeando la población sin pasar por el centro de ella, y siempre en progresivo ascenso nos va alejando del pueblo. Nos llevará (simplemente caminando por  la acera) a través de un paisaje que se va adentrando en un valle, e iremos dejando a derecha e izquierda hospitales, el Colegio La Paloma, el Centro de Interpretación de la Naturaleza, y el Área Recreativa Municipal de Cercedilla; lugar a tener muy en cuenta para las visitas en épocas calurosas, pues tiene piscinas naturales de espectacular belleza y agua bien fresca. A partir de este punto, en nuestra ruta se acaban las aceras y las carreteras, y podemos disfrutar ya de sendas y veredas, señalizadas por códigos de colores que se van adentrando en la espesura de pinares.

Calzada Romana durante el ascenso
Pocos minutos después alcanzaremos un interesante lugar. Ante nosotros tendremos una vieja calzada romana que comunicaba Madrid con Segovia. Se puede apreciar todavía el trazado original, con puentes y empedrados que probablemente responden ya a reconstrucciones del periodo moderno. Seguiremos por ella en el que será el tramo de mayor dureza, con una pronunciada subida que nos dejará finalmente en una pista de tierra, y que a partir de ahora seguiremos hasta el punto más alto de la montaña. Por cierto, a los más aventureros les diré que desde este camino, se podrá hacer una rápida incursión a la “ducha de los ingleses” una hermosa caída de agua, retirada unos 400 metros del camino, y señalizada con carteles. Retomando el camino que traíamos, seguiremos ascendiendo hasta la parte más alta de nuestra ruta. 

Llegados por fin a la cima y campo de Navalurraque, encontraréis los populares miradores: espectaculares formaciones rocosas levemente trabajadas o adaptadas por la mano humana, y que nos ofrecerán las mejores vistas del gran valle madrileño. Las formaciones rocosas han sido acondicionadas con escaleras y bancos de modo que es facil subir por ellas y gozar de la privilegiada vista que nos ofrecen. Además, en las propias rocas han sido tallados fragmentos de poemas de Vicente Aleixandre y Luis Rosales, relativos todos a la belleza de la propia Sierra de Guadarrama. Cuando estéis en el primero y más grande de ellos, a vuestra espalda tendréis uno de los picos más emblemáticos de los montañeros madrileños: los “siete picos”. Los miradores están dedicados a los citados escritores, pero la intervención en el paisaje no se acaba aquí. No muy distante, a unos cinco minutos a pie, se encuentra también el reloj solar dedicado al premio Nobel Camilo José Cela, con precisas instrucciones para que el visitante pueda leer la hora solar. Para llegar a él basta tan sólo con regresar al camino principal y caminar tan sólo unos centenares de metros más.

Fauna salvaje en las inmediaciones de Cercedilla
El camino de vuelta a Cercedilla nos ofrece dos opciones. La más sencilla es volver siempre sobre nuestros pasos, por el camino que ya hemos utilizado, hasta Cercedilla. Pero la segunda, y que considero más adecuada para variar el camino y el paisaje, es tomar el sendero que surge a unos cinco minutos de los miradores –esta vez ya descendiendo–, a mano izquierda, y que siguiendo las señales de círculos naranjas que lo marcan, nos devolverán a Cercedilla por un intenso y hermoso paisaje de pinos, robles y helechos, siempre ya en descenso. Habremos realizado así un bonito paseo por la montaña, sin demasiada dificultad en tanto que ni la distancia ni las inclinaciones del terreno son excesivas.

Pero como siempre, esta es sólo una opción  de las muchas, muchísimas que se ofrecerán en Cercedilla. Podéis elegir cualquier otra ruta, camino o sendero. Prestad atención a la señalización de la ruta que elijáis y no os desviéis demasiado pues podéis perderos. Dicho esto, si realizáis vuestra visita en fin de semana será muy habitual que encontréis a otros excursionistas o montañeros que os pueden orientar si esto sucediese. Aunque hay numerosas fuentes, también será buena idea llevar agua (y un bocadillo) y el teléfono móvil para cualquier tipo de emergencia, pues normalmente hay cobertura. Por último recordad también que estaremos a casi 2000 metros de altitud, razón por la cual convendrá llevar ropa y calzado adecuado a la época del año en que hagamos la excursión. 


I.Y.P.

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